aftas orales

Las aftas bucales, también llamadas llagas, no son más que úlceras que pueden representar solo pequeñas molestias o llegar a ser muy dolorosas, apareciendo en cualquier parte de la boca y en cualquier momento de la vida. Son muy comunes, al punto que se estima que un quinto de la población mundial ha padecido aftas.

En muchos casos, no se sabe cuál es el detonante que genera las aftas, de forma tal que pacientes perfectamente sanos pueden padecerlas, siendo propensos incluso los pacientes con buenos hábitos de higiene bucal. Sabiendo esto, cabe mencionar distintos factores que están directamente relacionados con su aparición como son:

  • Heridas: estas pueden ser causadas por mordeduras autoinfligidas producto de una maloclusión dental, cortes producto del roce de la ortodoncia con la mejilla o cepillos dentales demasiado duros.
  • Déficits de vitaminas o minerales: la aparición de aftas bucales puede darse debido a la ausencia de hierro o de vitaminas, como la b12.
  • Factores genéticos: Algunas personas simplemente tienen predisposición genética a la formación de aftas, con lo cual si alguien en la familia las padece nuestras posibilidades de sufrirlas aumentan.
  • Enfermedades autoinmunes: enfermedades como el VIH, o la enfermedad de Chron y Behçet ocasionan mayor propensión a sufrir aftas bucales.
  • Desajustes hormonales: las mujeres tienen mayor tendencia a padecer de aftas, en parte debido a los cambios hormonales, que suceden días antes de la menstruación así como los que vienen con la menopausia.
  • Dejar de fumar: en algunos casos, cuando los fumadores dejan este mal hábito pueden manifestar aftas bucales, aunque este pueda ser el caso, siempre vale la pena dar el paso.
  • Alergias: algunas alergias alimentarias pueden derivar en la aparición de aftas bucales.
  • Fármacos: fármacos como el nicorandil y el ibuprofeno pueden tener el efecto secundario en algunas personas de ocasionar aftas.

Aftas bucales mayores y menores

aftas bucales

Aproximadamente, el 80% de los casos de aftas bucales son clasificados como aftas menores, estas son pequeñas, redondas u ovaladas y poseen un diámetro menor a los 10 mm. Estas pueden aparecer sin razón o motivo aparente y desaparecen por sí solas sin dejar ningún tipo de cicatriz a los 7 o 10 días.

Por otra parte, cuando las aftas son de 10 mm de diámetro o más, son catalogadas como aftas mayores, que suelen ser más dolorosas que las antes mencionadas, al punto de llegar a dificultar el habla y la deglución. Estas son menos comunes y suelen durar más que las aftas menores; desde dos semanas hasta meses, pudiendo incluso dejar cicatrices.

Otra categoría de aftas son las úlceras herpetiformes, las cuales se asemejan a granos de pus, suelen ser pequeñas; entre 1-2 mm de diámetro y suelen aparecer muchas al mismo tiempo, las cuales pueden juntarse en formas irregulares. Contrario a lo que algunos piensan, estas no tienen nada que ver con el virus del herpes.

¿Cómo se tratan?

llagas

En la mayoría de los casos, el mejor tratamiento es no hacer nada, simplemente esperar a que estas se curen por sí mismas. Aún así, frente a las dudas, siempre es recomendable visitar a tu dentista de confianza, siendo él quien determine la mejor manera de tratar las aftas.

En aquellos casos en los que el dolor es muy fuerte, siempre existen medicamentos enfocados más a tratar la sintomatología que a curarlas. Existen colutorios, geles y sprays bucales analgésicos, especialmente elaborados para aliviar el dolor y la inflamación.

Por último, es importante destacar que aquellos pacientes con prótesis dentales antiguas, que generan constantemente aftas de larga evolución, vayan al dentista, ya que cualquier lesión de constante repetición en la boca puede derivar en un cáncer oral.